dijous, de desembre 19, 2013

[ cat ] Més enllà de la consulta

Publicat originalment com entrada a l'Espai Fàbrica

1. Anàlisi de la conjuntura

Després de tres dècades de democràcia liberal, el règim polític instaurat amb la Constitució de 1978 ha passat de mostrar alguns símptomes d’esgotament a entrar en crisi directament. Prova d’això mateix ha estat l’obertura d’una sèrie d’estructures d’oportunitat en els diferents nivells en què s’estructura la governança neoliberal (local, autonòmic, etc.) i, amb això, l’emergència d’una onada de mobilitzacions integrada per diferents cicles de lluites socials. Part integrant d’aquestes, amb les seves especificitats, importacions i aportacions, és la sèrie de cicles concatenats que s’ha vingut desplegant en el vector catalanista del moviment: PDD, consultes, 10J, Diada de 2012... De resultes d’això, la crisi del règim s’ha accelerat i, per això mateix, és necessari saber més exactament de quina crisi parlem, en quin context crític ens trobem concretament.
 

diumenge, de desembre 15, 2013

[ es ] Es la lucha ...de climas!

Artículo publicado por Diagonal, nº 211




Dos climas pugnan por el control del espacio público: a un lado, un clima de contestación social, de rebeldía colectiva, de solidaridad y apoyo mutuo. Al otro, un clima de miedo, de paranoia, agresividad e intimidación. Ambos climas nos afectan a todos de un modo u otro y prefiguran nuestras acciones, aunque de forma diferente. No todos necesitamos estos estados de ánimo colectivos por igual. Mientras que el régimen precisa del segundo para llevar a cabo su proyecto de obediencia neoliberal a la troika, la sociedad necesita del primero para resistir y construir alternativas.


dimecres, d’octubre 30, 2013

[ es ] Entrevista de Gabriel Yacubovich en No Rhetorike

 Fotografía de Gabriel Yacubovich
 Fotografía de Gabriel Yacubovich

En la publicación de hoy presento una entrevista con Raimundo Viejo. Raimundo, doctorado en Ciencias Políticas, enseña a día de hoy en la Universitat de Girona. Raimundo trabaja en el proyecto editorial Artefakte, proyecto definido como “un entramado de complicidades pensado para provocar esos pequeños cataclismos del pensamiento. Nos interesa el libro más allá de sus límites convencionales, como un bien común que genera riqueza. Publicamos todo tipo de útiles (libros, videos, blogs…) que contribuyan a subvertir la gramática cultural de nuestro tiempo”.

dimarts, d’octubre 01, 2013

[ es ] Debord en Barcelona

Artículo publicado en el periódico Diagonal, nº 206, 26 de septiembre de 2013, pág. 30 


Al igual que el año pasado, estos días post/diada están trayendo cola en la esfera pública. A diferencia de 2012, sin embargo, ahora se apunta con claridad la sintomatología de un problema que se agrava y se precipita en su propia vacuidad conforme pasa el tiempo. Nos referimos al espectáculo independentista que el Estado de las autonomías mantiene abierto en Catalunya.

diumenge, de setembre 29, 2013

[ es ] El lugar de la nación en el discurso emancipatorio

Contribución al número de la revista Espai en Blanc, "Catalans un esforç més", pág. 183.




La nación es, ante todo, una cuestión de dignidad

Margaret Canovan

Genealogías de la nación:
cinco horizontes geohistóricos para repensar un concepto

Primer horizonte. 9 de noviembre de 1989. Caída del Muro de Berlín. Una ola de movilizaciones nacionalista sacude Europa redibujando fronteras y ordenando el acceso a ese espacio privilegiado de integración capitalista que se dice, ya por entonces, “postnacional”. Estado y nación reabren su procelosa relación bajo la mutación de la soberanía hasta entonces institucionalizada por el moderno Estado nacional.

Segundo horizonte. 11 de febrero de 1968. Huelga de los basureros afroamericanos en Memphis. En las pancartas se lee una afirmación taxativa: “I am a Man”. El Black Nationalism irrumpe a un tiempo en la metrópolis reivindicando una igual dignidad de nacimiento. Malcolm X pronuncia su discurso The Ballot or the Bullet y la Symbionese Federation-SLA concluye en su manifiesto: “to die a race, and be borne a nation, is to become free”.

dimecres, de setembre 25, 2013

[ es ] The Weather Undergound



Este viernes Artefakte presenta, en colaboración con la Santa Pintada, el primero de los documentales que componen el ciclo "Antagonismo, movimiento y política radical en los sesenta y setenta americanos": The Weather Underground.

+ info en la web de Artefakte

divendres, de setembre 20, 2013

[ es ] Trimestre de otoño en Artefakte

Actividades de formación hasta el final de 2013



Tras un curso en que pusimos en marcha nuestros primeros ciclos formativos, Artefakte propone para este otoño una triple programación de proyecciones y seminarios:

I.Ciclo de documentales titulado Antagonismo, movimiento y política radical en los sesenta y setenta americanos y que tendrá lugar el último viernes del mes, para cuando nuestros precarios salarios ya solo sean un recuerdo. En colaboración con el espacio La Santa Pintada, proyectaremos en cada ocasión un documental relacionado con esta temática, seguido del libre debate que pueda suscitar. Aunque de momento solo hemos programado cuatro proyecciones (The Weather Underground, el 27 de septiembre; All Power to the People, el 25 de octubre; Chicago 10, el 29 de noviembre; y Stonewall Uprising, el 20 de diciembre) el ciclo podría ampliarse más allá de las navidades con más títulos si el tema despierta interés.

II. Cursos de fin de semana, a la manera de los ya celebrados hasta ahora, y que abordarán temáticas diversas. En estos momentos ya están programados tres de estos cursos para los meses de octubre (Cartografías del pensamiento emancipador: la línea roja) , noviembre (Maquiavelo, El príncipe y la política) y diciembre (Pensar el postfordismo), pero en breve quizá propondremos alguno más y/o repetiremos alguno de los anteriores. Al tanto, pues, con las novedades en nuestra agenda.

III. Curso sobre Teoría Política en una perspectiva genealógica, desde la democracia ateniense hasta Marx. Proponemos este formato piloto (más extenso, con tutorías y un intenso plan de lecturas) de cara a futuras programaciones. El plan es desarrollar el curso cada jueves de seis a nueve durante diez semanas a partir del 3 de octubre, haremos un viaje a lo largo del tiempo reconstruyendo una genealogía alternativa de la modernidad, desde sus precedentes en el mundo grecolatino hasta el nacimiento del mundo contemporáneo.

Para más información, matrículas y cuestiones relacionadas con el programa, escríbenos a info@artefaktes.com

dissabte, de setembre 07, 2013

[ es ] La importancia de la composición


Cuando cada día voy a por el pan paso por delante de un quiosco, de una tienda de productos ecológicos y de una tienda de plantas. En los tres casos las tiendas han cambiado de manos en los últimos dos años (los que llevamos en este barrio). De los padres, gentes con edades próximas pero no tanto a la jubilación, los negocios han pasado a sus hijos.

dimecres, de setembre 04, 2013

[ es ] Un largo invierno de cleptocracia

Publicado en el periódico Diagonal, nº 204, pág. 29



Apenas se han acabado las vacaciones y ya se intuye un largo y crudo invierno político. El 20N la legislatura alcanzará su ecuador y la deriva cleptocrática del régimen prosigue imparable ante la falta de una oposición original en lo táctico, acertada en lo estratégico y efectiva en lo político. Si nada altera el curso previsto, el mando neoliberal cuenta todavía con dos años para seguir liquidando los avances democratizadores de décadas. Mientras, una parte decisiva del activismo, arrastrada por su propia inercia ideológica y la derrota de la Transición, se obceca en construir castillos de arena electorales. El tirón centrípeto del régimen se va imponiendo paso a paso, menguando la autonomía del movimiento, y no parece que la deliberación progrese.

dijous, de juliol 25, 2013

[ cat ] Un altre curs?

Article publicat al setmanari Directa, 24 de juliol 2013, pàg. 11


S'acaba el curs i, com cada any, arriba l'hora del balanç de les mobilitzacions en defensa de la universitat. Un any més, el resultat és paradoxal: per una banda, queda demostrada un cop més la capacitat mobilitzadora de la PUDUP, per l'altra, sembla insensat considerar que els resultats, en el seu conjunt, siguin més que una desfeta: professors i investigadors que no renovaran contracte, que es quedaran sense recursos, que veuran retallades les seves nòmines, etc; personal administratiu que serà més explotat, precaritzat o, directament, expulsat; estudiants que hauran de pagar les pujades de taxes o que es quedaran fora per no poder pagar-les.

dissabte, de juliol 20, 2013

[ es ] La cuarta crisis del régimen

Artículo publicado en Diagonal, 16 de julio de 2013


En los últimos tiempos la “crisis del régimen” se ha convertido en un lugar común del debate de la izquierda. Sin embargo, por más que se hayan duplicado las manifestaciones, por más que las encuestas vaticinen la crisis del bipartidismo, la cruda realidad es que eso que se suele llamar crisis se está convirtiendo en un agotador ejercicio de espera en el que nada se acaba de concretar y sólo el neoliberalismo progresa.

dijous, de juliol 11, 2013

[ es ] Filosofías del underground

Quisiera dedicar este post quienes han hecho posible con su participación los tres cursos experimentales que Artefakte ha llevado a cabo este año. 

Ya sabéis: ce n'est qu'un début...




Existen libros que son como tablas de surf: sirven para elevarse cuando llegan las olas de movilizaciones y lanzarse con ellos a explorar el vértigo de ese lado subterráneo del pensamiento, de las ideas que rara vez caben en los espacios académicos. Acabo de finalizar uno de esos libros; acaso no el mejor en su género, pero sin duda un volumen digno de interés en estos días de ágiles lecturas estivales. Lleva por título un sugerente Filosofías del underground y fue escrito por Luis Racionero, hace ya muchos años; allá por 1977, justo cuando otra ola anterior de movilizaciones alcanzaba su punto álgido. 

Volcarse con libros como este requiere un paso previo, la satisfacción de una cierta y doble precaución propedéutica implícita en todo estudio genealógico del pensamiento (más aún cuando se trata de perderse en los pasajes conceptuales del underground): por una parte es preciso no perder de vista el devenir postrero del autor, ya que tratándose de uno de sus primeros escritos (si no el primero publicado) bien podría ser que nos dejásemos engañar por deducciones inferidas desde momentos posteriores de su evolución intelectual. Si algo resulta interesante de una lectura genealógica, empero, es justamente su ventaja al no situar al autor fuera de su contexto ilocucionario y las aperturas teóricas que promovía en su momento: fundamentalmente el cuestionamiento de una racionalidad cartesiana, instrumental, moderna, como forma hegemónica, holística y autoritaria de toda producción teórica.

Así se nos hace saber desde el primer párrafo del libro:
«Si de algún modo pudiera caracterizarse el multiforme espectro de filosofías que inspiran el underground, su concepto unificador sería el del filosofías irracionales. Todas ellas, subjetivas u objetivas, tienen unos supuestos de partida distintos del racionalismo, ninguna acepta los métodos de conocimiento ni los axiomas del pensamiento racional. Esto no quiere decir que sean incoherentes, absurdas e inútiles; por el contrario, pueden ser tran estructuradas, eficaces y consistentes como el racionalismo (...)»
Por otra parte no resulta legítimo acudir al momento de apertura en que el texto se redacta sin tener en consideración como los argumentos que en él se exponen nos interrogan en el presente estado de cosas. Dicho de otra forma: si tiene interés la (re)lectura de este libro, y sin duda es de agradecer su reimpresión, ello es porque de alguna manera viene a ser reflejo de una conversación que mantenemos transtemporalmente con un "nosotros" de otrora que sigue vivo; algo debe haber en sus páginas que se actualiza, que dispone de una actualidad necesaria. A mi modo de ver, esta actualidad es la urgencia de confrontarnos con los efectos de la derrota epistémica de la modernidad, con los efectos imprevistos (e imprevisibles) de una apuesta teórica que en su momento se pretendía, acaso de manera demasiado ufana, una alternativa capaz de consolidar sus propios fundamentos de manera meramente argumental, como si la cuestión institucional de la producción del conocimiento no estuviese siempre implicada en la propia producción teórica.

Por todo ello, la mayor o menor lucidez del libro de Racionero (su mayor o menor consistencia ante el paso del tiempo), es secundaria frente al incuestionable valor de los gigantes intelectuales sobre los que camina; autores y obras de referencia, no pocas de las cuales se han hecho auténticos clásicos con el paso del tiempo. El tesoro teórico con el que construyó sus páginas, sin embargo, se encuentra hoy necesitado de una recuperación institucional. No de las instituciones culturales del Estado; entiéndasenos bien, incapaces como han sido de proteger bajo su égida (acaso por el carácter intrínsecamente subversivo de sus contenidos a los ojos de Leviatán) el acervo de la que se dio en llamar contracultura. Nos referimos, por el contrario, a las instituciones emergentes del movimiento, a los gestos políticos que hoy apenas son más que prácticas instituyentes en cuyo seno se está operando la concreción institucional de estos comunes que son los tesoros de la contracultura.

Bajo esta óptica antedicha, Filosofías del underground constituye una primera y elemental cartografía más que necesaria, aunque ciertamente insuficiente y criticable, para quienes se aproximan al legado contracultural desde este postmundo en que vivimos. Frente al fetichismo hipster de imaginarios polaroid, infoxicación cotidiana de nuestra empobrecida memoria del mundo que fue, es posible operar hoy un trabajo deconstructivo, buscar las huellas genealógicas del hilo multicolor y oculto del pensamiento-otro, de la palabra subterránea; hacer emerger, en fin, contenidos rekombinantes encarnables en nuevas instituciones del saber. Generar por ello mismo las prácticas instituyentes, los procesos cognitivos y los recursos materiales con que devolver a un cuerpo saberes desencarnados es una prioridad epistémica y, sin duda, el mayor desafío al que nos enfrentamos.

A lo largo de este curso que ahora finaliza, he tenido la ocasión de poder participar en la puesta en marcha de un proyecto docente -Artefakte (también en Facebook)- pensado en esta misma clave. En el decurso de los primeros módulos que hemos experimentado este año, así como en los tutorials realizados, ha aparecido con fuerza la demanda de cartografías a las que esperamos dar respuesta el otoño que viene. El libro de Racionero se nos propone de esta guisa, como una suerte de antimanual más, un texto cualquiera a desbrozar en común, desde el común, por y para el común. Desde sus páginas, pero sobre todo, desde la praxis que sobre ellas, en ellas, desde ellas, se puede generar, resulta posible volver a surfear la ola de antagonismo de los próximos años sin por ello renunciar a un aprendizaje afortunado y feliz capaz de devolvernos un mundo.

divendres, de juliol 05, 2013

[ es ] Distopías electorales


Leo esta mañana que el bipartidismo prosigue su hundimiento (en las encuestas, claro) y veo cómo las redes sociales, especialmente por las infoesferas de la izquierda más rancia, lo festejan con una ingenuidad pasmosa. No me gusta aguar fiestas, o no, para ser exactos, las fiestas de quien se las merece. No es el caso para la izquierda de la subalternidad al régimen, a la cleptocracia de los Moral Santín, Ángel Pérez y demás gangsters de la política. Así que no me resisto a inocular en las redes este pequeño (y provocativo) post, aguafiestas él, de su fiesta. Y es que para vender la piel del oso, ya se sabe, hay que cazarlo.

Imaginemos pues, ese escenario distópico de los aguafiestas...

2015 Elecciones generales. Mariano Rajoy ha aguantado las embestidas durante cuatro largos años. En los dos primeros de la legislatura arrasó con el país, hasta dejarlo irreconocible por sus tasas de paro, precariedad, exclusión, etc. En las encuestas el bipartidismo parecía acabado. UPyD, pero sobre todo IU, se habían convertido en auténticos cestos de cangrejos donde todo el mundo se peleaba en la previsión de un montonazo de actas de diputado. 

A comienzos de 2014, sin embargo, el PP y el PSOE empiezan a firmar una serie de pactos, los bancos comienzan a aflojar con el crédito y ante la desesperación general, nuevos minijobs, un par de éxitos futbolístico y mucha televisión comienzan a modificar el estado de cosas. La propaganda del régimen comienza a predicar que ahora sí, han llegado los brotes verdes. 

Desde los antiguos medios "progres", ahora ya meramente neocon, como El País, se lanzan columnas de opinión firmadas por catedráticos de las más variadas ciencias sociales hablando de un nuevo republicanismo, de un espíritu constitucional regenerado, etc., etc. Docenas de jóvenes doctorados se aprestan a orientar sus investigaciones hacia los autores de moday nuevos conceptos brotan en la esfera pública en una epifanía que celebran por igual centroizquierda y centroderecha.

A lo largo de 2014 y en la primera mitad de 2015 el paro comienza a descender levemente, el Real Madrid (mejor que el Barça, ya que en Caixalunya, S.A. se sigue debatiendo la fecha de una independencia imposible) tiene opciones en la Champions y en Telecinco vuelven a aparecer más tetas siliconadas que de costumbre. Todos los indicadores están al alza.

Cansados de esperar y ante alguna encuesta avanzada por los medios ultra (Intereconomía, El Mundo, ABC o lo que sea, ya que hay para dar y tomar), UPyD, pero sobre todo IU, empiezan a ponerse nerviosos. Los puñales se afilan y en la trastienda el cainismo comienza a cobrarse sus primeras víctimas.

En apenas unos meses, llega el verano, el paro baja por el efecto estacionario y el PP proclama que tras la travesía del desierto, España vuelve a ir bien. En el PSOE una joven candidata aflora controlada desde la trastienda por la vieja guardia de los Rubalcaba y compañía. A partir de ese momento, la miseria colectiva de este "país de follaburras" (Panero dixit) hace el resto y el bipartidismo se regenera milagrosamente en cuestión de meses. Al final, aunque no se ha podido evitar que IU suba a 20 (1 menos que Anguita) y UPyD se le haya adelantado con 21, nada cambia en Españistán.

Elige ahora tu final del post:

1) ¿Colorín colorado...?
2) No mames, güey! (Emiliano Zapata dixit)

dimarts, de juny 18, 2013

[ es ] Turquía, Grecia, Brasil... ¿y aquí nada?


Con motivo de lo que está sucediendo en las últimas semanas en Turquía, Grecia y Brasil, no son pocos quienes se preguntan: ¿y dónde se ha metido la gente? ¿dónde está aquí la multitud que invadió las calles y plazas el 15M? ¿Dónde se erigen barricadas? ¿Dónde vuelan molotov? El movimiento ha muerto, piensan... y lo único que ha muerto es un cierto relato ideológico que invisibiliza el movimiento.

Nada más falso que pensar que porque nuestro enmarcamiento de los acontecimientos nos impide ver (nuestra ideología, nuestra falsa consciencia), resulta que el movimiento no existe. ¡Vaya que si hay movimiento! ¡Hace décadas que nunca estuvo tan fuerte! 

Vayamos por partes y seamos, ni que sea por un momento, algo menos subjetivos en el análisis de la tendencia, en el examen del antagonismo y no confundamos el movimiento con nuestra nostalgia de grandes aglomeraciones (estaría bien preguntarse, no obstante, de dónde esta nostalgia, de dónde este deseo de la multitud cuando, en rigor, ya se está en ella). 

Veamos: de acuerdo con el informe del Departament d'Interior, solo en Catalunya se convocan 11 manifestaciones diarias, el doble que el 2011 (5,5). Solo del 1 de enero al 24 de mayo se han comunicado (ojo, comunicado, no realizado) 1.549 actos de protesta. En 2011 se comunicaron 2.022 manifestaciones y en 2012 fueron 3.287 (9 de media al día). 

Estos son datos indicativos, difícilmente rebatibles, del inmejorable estado de la acción colectiva, del progreso del ciclo. El problema no es en modo alguno la apatía y menos aún que el movimiento esté muerto. Todo lo contrario. Aquí hay todo un movidón en marcha, pero no hecho a medida del narcisismo colectivo, sino de una revolución molecular, autónoma, invisible. 

Otra cosa es qué es lo que pasa, subjetivamente hablando, que no se quiere ver el movimiento, que se le desea en unos repertorios de acción colectiva y no otros; que se añora el gran relato ideológico, la narrativa de la gran revolución, de lo político entendido como molar y no como molecular. 

Si se quiere aprovechar la potencia de la multitud es preciso cambiar de gramática política, empezar a pensar la agencia como política de movimiento, en toda su complejidad, riqueza y potencia, lejos de los reduccionismos de la modernidad, de la política como un hacer, del estatocentrismo, etc. Solo así ajustaremos nuestra subjetividad al principio de realidad, al empoderamiento colectivo, al cambio que queremos ser y efectuar.

divendres, de juny 07, 2013

[ es ] De crisis de régimen a proceso constituyente: respuestas a Antonio Gómez Villar



A raíz del debate que tuvimos hace unas semanas en la Universidad Complutense gracias a la A.U. Contrapoder, Antonio Gómez Villar me interpelaba de la siguiente manera en el facebook:  
«Me he quedado pensando en algo muy sugerente a partir de la intervención de Mundo, en el que frente a los conceptos de ‘pueblo’ y ‘multitud’, se decanta por el de ‘cuerpo social’. Al hilo de ello, pensaba:

1) Introducir el concepto ‘cuerpo social’, ¿tiene como objeto romper la dicotomía ‘pueblo’ vs ‘multitud, en un marco post-estructuralista?

2) Si la multitud es un cuerpo social que no encuentra una instancia de legitimación en el Estado, si es lo irreductible, ¿qué distingue la ‘multitud’ del ‘cuerpo social’?

3) ‘Cuerpo social’ frente a ‘multitud’, ¿responde a la pretensión de describir la existencia de un cuerpo político-social sin necesidad de ser nombrado? Es decir, con ‘cuerpo social’, ¿se busca imposibilitar anticipación alguna que pueda nombrar un cuerpo social desde un exterior, siendo el ‘cuerpo social’ la pura inmanencia desde una perspectiva autónoma?

4) Si es último es así, entonces me surge otra inquietud, ¿se pude nombrar a la multitud sin que ésta deje de ser multitud? ¿Podemos nombrar a la multitud sin sustantivarla, sin hacerla ontológica? La multitud que no se nombra ¿es un cuerpo social?»
Como lo del bucear en el facebook es bastante incómodo, por no decir desesperante, salvo en este blog unas respuestas que se incardinan en otras reflexiones que traigo de lejos; como siempre en este escribir precario de quien roba tiempo al sueño.

Primera respuesta

Interesantísima interpelación que viene muy en la línea de mis cavilaciones. Voy con la primera pregunta.

En efecto, la introducción de cuerpo social tiene por objeto romper la lógica de significación dualista y reificadora de acuerdo con la cual multitud y pueblo serían modalidades equivalentes y contrapuestas de configuración del cuerpo social (alternativas mutuamente excluyentes); la primera libre, la segunda ordenada por el Estado (Virno, Gramática de la multitud). Creo que a menudo lo presentamos así, por efecto de la (necesaria pero insuficiente) reflexión filosófica y lo que sucede un día tras otro ante nuestras narices no es eso, sino más bien que un cuerpo social multitudinario grita "el pueblo unido jamás será vencido" en las manifestaciones (paradoja discursiva que solo se entiende en la perspectiva de las contradicciones de la ruptura, del lenguaje que todavía no nombra por culpa de la dependencia de lo viejo que no acaba de morir).

Lo interesante en el momento actual y desde el análisis de la tendencia, no sería tanto la reflexión de Virno (también Hardt & Negri y otros, claro) que hace emerger en su día la multitud como concepto de la teoría política y lo sitúa en el orden del día del programa de investigación antagonista (algo que ya sucedió en la ola antiglobi), cuanto que, en el regreso genealógico a Maquiavelo, "pueblo" es (pero no solo) un concepto del orden del cuerpo social (también lo es del orden de la legitimación...del Estado) cuya ambivalencia intrínseca no se resuelve con ningún recurso al truco epistémico del "significante vacío", sino más bien situando al pueblo en donde le toca; en la escisión entre el cuerpo social y el mando, en el momento en que el pueblo comienza a dejar de ser pueblo (el cuerpo social transposición monista del orden hegemónico del soberano) para hacerse multitud, para devenir. La irreductibilidad del pueblo al príncipe desvelada por Maquiavelo obliga a elegir, como bien sabe Juan Domingo Sánchez Estop, entre la genealogía que va de Hobbes a Carl Schmitt y el populismo o la que va de Spinoza a Negri, Virno y compañía. Por sus referentes teóricos los (re)conoceréis.

Frente al planteamiento de quienes, como los populistas, llegado a este punto de escisión (el del momento destituyente que atravesamos) lo que proponen es el repliegue a la gramática de la modernidad por medio de la recomposición de una hegemonía basada en una agencia política externa al cuerpo social que lo nombra, empero, como "pueblo" (aquí ya no Maquiavelo, sino Hobbes), para desde ahí reorganizar el mando (el de quien habla) que tras haber si desvelado por el "nosotros somos el pueblo" destituyente (el we the people o wir sind das Volk) vuelve a ser ocultado por quien nombra al pueblo sin serlo (aquí hay que entrar epistémicamente con Donna Haraway y el conocimiento situado no con los usos de Laclau y el significante vacío), lo que se propone desde la Autonomía es formular es, por el contrario, esa gramática política otra, en la que la formulación de la agencia cambia, en el que la exógenesis del sujeto (esto adelanta respuesta a tu cuarto punto) ya no es posible, en la que el cuerpo social se dota de su propio "nomos", se hace autónomo para no volver jamás a dejar de serlo (como alguien dijo en el 68: "dictadura ni la del proletariado"). En definitiva, se evita la deriva que conduce de la multitud de los soviets al Soviet Supremo (la reductio ad unum), de la escisión constituyente al poder constituido, del cuerpo social libre al cuerpo social ordenado por un nuevo mando. Se apuesta, por el contrario, porque lo destituyente pase a lo constituyente, pero este no pase a lo constituido por el mando, sino que se abra al horizonte de la democracia absoluta en la instauración del régimen político del común (donde hay libertad porque ya no hay Estado y no hay Estado, porque ya hay libertad).

El problema, en passant, es que la alternativa populista solo tiene validez como lo que es en América Latina, como un momento de transición coyuntural en la crisis de la gramática moderna para sus particulares relaciones geohistóricas con la modernidad (nada que ver, claro está, con la nuestra, que, todo sea dicho, tampoco es la del norte italiano de Negri y ni hablemos de la Alemania/Gran Bretaña de Marx a hoy). Hay que abandonar de una vez América Latina como exterior constitutivo identitario para el consumo de la juventud sin futuro española (que no vasca, gallega y catalana, cómodamente sedimentada en sus riquísimos y llenísimos significantes nacionales) y hacerlo un exterior constituyente del cuerpo social mestizo de la multitud global que somos. No es casual que el populismo suba geohistóricamente cuando la ola altermundialista baja y que lo hace como repliegue para traducir en logros las movilizaciones (más claro que en Venezuela, si cabe, en Bolivia). De aquellos framings estos lodos populistas de ahora que han empantanado a mi entender al compa Íñigo en la fantasía estratégicamente infundada (e inoperante para nuestro caso) de la razón populista (no por nada, el único populismo que triunfa en Europa es el de la derecha neoliberal).  

Segunda respuesta

Nada distingue a la multitud del cuerpo social que no sea ser su modalidad libre en el gobierno democrático (la multitud como demos). Juan Domingo Sánchez Estop seguro que explica un millón de veces mejor el aspecto filosófico que yo, pero, vamos, sintetizando, la cosa viene a ser que el cuerpo social deviniendo multitud se hace libre por su propio gobierno democrático, por no contravenir su ser. Si se hace pueblo, esto es, cuerpo social instanciado por el Estado deja de ser libre (a la manera del célebre apotegma leninista que parafraseaba antes).

La multitud, por tanto, es el modo del cuerpo social cuando es libre (libertad republicana sí, como no dominación, pero también y más allá, libertad autónoma como la libertad nacional, la que se instancia en la igual dignidad de nacimiento), mientras que el pueblo es el cuerpo social nombrado por una agencia exterior así (toda la teología política moderna, de Hobbes en adelante, se basa en esto). Por el contrario, el pueblo es un cuerpo social sometido, que necesita nombrarse en el lenguaje del amo (decirse pueblo) para poder iniciar su liberación, pero que fracasa si persiste en ello ya que solo consigue prefigurar las condiciones de enunciación de un nuevo soberano (Maquiavelo lo explica meridianamente en El Príncipe cuando habla de cómo se consiguen los principados).

Aquí el problema filosófico inmanencia versus trascendencia se hace evidente, la harina del costal de quien encubre (o ni siquiera) querer ser el gobernante de otros a la manera de Chávez, Evo u otros (el príncipe de Maquiavelo) colisiona directamente con quien ha de ser demos de la res publica (aquí, el pueblo romano de la turba que describe Maquiavelo de los Discorsi). El problema del populismo, en este orden de cosas, es que es pura ideología en el sentido más inequívocamente marxiano y gramsciano y en la práctica de nuestros días, la apuesta por un lampedusiano quítate tú que me pongo yo.

De ahí que a algunos nos resulte imposible imaginar un caminar común, simbiótico, con los populistas y nos contentemos, a lo sumo, con la simpatía de sabernos en mundos paralelos (y por descontado con todo el afecto y admiración intelectual por Íñigo, que es de quienes mejor sabe que una cosa es este escribir mío del facebook y otra la persona que soy en el mundo real ;-) 

Tercera respuesta

no diría tanto frente como antes,tal y como intuyes. Pero aquí el tema ya no es el de las mistificaciones a que puede dar lugar multitud versus pueblo, sino esa otra heurística más friki, que algunos nos traemos con el zoe y el bios, el zoe/contra/poder y el bios.

La heurística de la radicación de la multitud en la idea de nación que discutimos en su día en el curso independencia y poder constituyente, ¿recuerdas Antonio? La multitud es un concepto del orden del cuerpo social, pero no de la legitimación en tanto que precisamente es de manera inmanente cuerpo social que se gobierna en el horizonte de la democracia absoluta.

En otras palabras: la multitud no se tiene que legitimar, la multitud es la legitimidad de ser. Si lo que queremos es articular ese ser tenemos que recurrir al concepto de nación (lo que Negri no hace en El poder constituyente, by the way, tirando por la ventana el niño con el agua --ser italiano dificulta por locus epistémico para comprender esto; ventajas de ser gallego, negro o mujer).

La nación, eso sí, no como pueblo (Volk) o entidad prístina, pre-existente, caracterizada por unos rasgos diacríticos objetivos (raza, lengua, territorio, historia, etc), sino como igual dignidad de nacimiento que aboca a devenir multitud, demos de la res publica.

Aquí es donde la inquietante declaración del SLA, en toda su anomalía y concreción norteamericana (más Haraway!) que recogíamos en el dossier de lecturas de Artefakte, adquiere pleno significado: "to die a race, and be borne a nation, is to become free". Y, para/meta/fraseando: hay que morir como pueblo para nacer como multitud.

La nación no se instancia, pues, como el pueblo hobbesiano en el soberano comprendido como un poder sobre, sino en el poder ser. Tal es la demoledora aportación del Black Nationalism que tanto discuto con Carlos Delclos y que en estos momentos lleva Isidro López como imagen de perfil. El solo hecho de nombrarse por el propio cuerpo (I Am a Man) es en sí mismo un acto de la mayor rebeldía que desvela todo el engranaje de la gramática política moderna. Por ahí es por donde se ha de empezar por ese nombrar lo que somos en tanto que somos, sin impostaciones.

Así las cosas, en efecto, cuando preguntas "¿se busca imposibilitar anticipación alguna que pueda nombrar un cuerpo social desde un exterior, siendo el ‘cuerpo social’ la pura inmanencia desde una perspectiva autónoma?" la respuesta es un inmenso SI (joder qué gusto alguien que te sigue y entiende! )

Cuarta respuesta

La multitud que no se nombra es el "humanimal" de Haraway, el zoe que somos antes de que el verbo se haga carne, nuda vida; en efecto, el cuerpo social capaz del gesto, la potencia, el ser; quien como la medusa ya no necesita cerebro (el logos aristotélico) y puede al fin instalarse en el heiliges Ja-sagen nietzschiano. Ahí es donde comienza la auténtica deliberación demo(a)crática y no toda esa jerigonza habermasiana. Pero a partir de aquí, ya no tiene sentido hablar desde facebook, ya solo tiene sentido hablar desde la liberación (desde el intraducible "ceivar" o liberar el animal que dice quien es de nación galega)

En fin, Antonio, aquí lo dejo, gracias por la oportunidad. Qué gustazo! Un abrazo fuerte y con ganas ya de que vuelvas por estas tierras :-)


 

diumenge, de juny 02, 2013

[ es ] Clase y composición hoy

Artículo publicado en la edición digital de Diagonal


La tercera ola de movilizaciones iniciada el 15M prosigue su curso. Como cada vez que se inaugura una fase alcista, han vuelto a abrirse algunos debates teóricos inacabados e inacabables. De entre estos hay uno que destaca y que se pone de relieve en indicadores tan sintomáticos como el éxito de Chavs, el libro de Owen Jones. Nos referimos, claro está, a la cuestión social o de clase.

dissabte, de juny 01, 2013

[ es ] Institucional no solo significa electoral

Publicado por Diagonal, nº 199, pág. 29.


De un tiempo a esta parte, ante el agotamiento de la fase expresiva del movimiento iniciada el 15M, todavía con la resaca emocional por la reapertura de lo político y frente a la persistente ofensiva neoliberal y nula influencia de la oposición, el debate en buena parte de las redes activistas más politizadas se ha desplazado de las cuestiones tácticas sobre la configuración de la agenda y la búsqueda de puntos de fractura en el régimen, la experimentación con los repertorios de acción (escraches, ocupaciones, bloqueos...) y la producción de espacios de contrapoder, creación de redes de apoyo mutuo e instauración de instituciones, hacia una preocupación que para algunos se ha hecho ya monotemática, a saber: la cuestión electoral.

dimecres, de maig 29, 2013

[ es ] Del animal político al cibersimbionte



Del animal político al cibersimbionte: 
curso sobre (post) antropología política

A lo largo de los siglos los teóricos políticos se han visto obligados a responder a una pregunta fundamental sin la cual sus argumentos difícilmente podrían encontrar sustento: ¿qué es -en qué consiste- la condición humana?

Pareja a esta pregunta han surgido muchas otras: ¿cómo se define? ¿qué comporta en términos políticos?, ¿qué caracteriza ―si es el caso― su especificidad política en el reino animal?, ¿podemos modificar nuestra condición por medio de la política?, ¿qué o quien la podría modificar?, ¿es esto deseable? ¿a qué debería conducir?

Lejos de pretender abordar de manera exhaustiva cuestiones tan amplias (acaso cada quien busque para sí sus propias respuestas) lo que nos nos planteamos con este curso es más bien trazar un recorrido in/formativo sobre nuestra propia condición política, a la par que destacar las heurísticas que reclama una comprensión compleja del mundo contemporáneo. Por medio de la indagación genealógica en los aportes de la Teoría Política intentaremos repasar algunos autores destacados, reflexionando sobre sus conceptos, argumentos y visiones.

Ficha del curso

Duración del curso: 10 horas (+5 horas de lecturas)
Días y horas: 7 de junio de 16h a 19h y 8 de junio de 10h30 a 14h y de 16h a 19h30
Lugar: Vitaminas (Plaça Cardona 7 – local 22, Barcelona)
Idiomas: castellano, catalán (inglés, textos)
Precio: 20€ (incluye el libro de Itard, El niño salvaje, artefakte, 2013)
Materiales docentes: dossier de textos, videos y otros
Máximo de matrícula: 10-12 personas
Nivel de dificuldad: de preferencia universitario
Dinamizador: Raimundo Viejo, profesor en la Universitat de Girona/miembro de Artefakte

+ info en la web de Artefakte

divendres, de maig 24, 2013

[ es ] ¿Es necesario migrar para poder efectuar una cultura crítica?



Desde Ecléctica se preguntan por algunas cuestiones fundamentales que nos afectan a quienes vivimos de, en, por, para... las industrias de la cultura. Las que siguen serían mis improvisadas respuestas particulares

¿Es necesario migrar para poder efectuar una cultura crítica?

No, pero está claro que la cultura crítica lo tiene mucho más fácil en otros países.

¿Se puede criticar desde dentro a la universidad?

Sí, pero dentro de un orden, en los márgenes del pluralismo óntico del liberalismo, obedeciendo, representando disensos reductibles al mando. Vamos, que se puede criticar, pero no se puede hacer Crítica en el sentido pleno de la palabra (como cualquier otra cosa en un marco liberal: el liberalismo es, por sus premisas, contrario a la plenitud, es solo una ideología de la multilación intelectual.

¿Hay que fundar otras instituciones?

Por descontado. Hay que fundar las instituciones del común, unas instituciones que no se inscriban en la gramática liberal, sino que apunten más allá, hacia la plenitud de la cultura.

¿Las identidades, pueden criticarse desde dentro, o hay que mirarlas por comparación desde otros lugares?

Hay que hacer ambas cosas, pues los dentros y fueras de las identidades no son predeterminaciones, sino fronteras móviles con las que nos interrogamos. Por eso, más que exteriores constitutivos lo que necesitamos son exteriores constituyentes, diferencias que difieren y no diferencias diferidas.

¿Cómo nos afectan las relaciones materiales y cómo nos condicionan a la hora de producir un conocimiento que cuestione algunos de los elementos sistémicos productores de desigualdad?

Lo material está en la base de todo, sin ello lo inmaterial carece de plano de consistencia y el antagonismo no deviene posible: sin un análisis materialista estamos abocados a la
 

¿Contribuyen los fenómenos migratorios, a mejorar nuestra cultura, a vernos en espejos, a autocriticarnos?

Cualquier alteración de nuestras interacciones simbióticas puede comportar una autocrítica. Pero también un repliegue, una negación, un prejuicio.

¿Cómo construimos nuestra comunidad mestiza de críticos sin caer en la multiculturalidad igualitarista?

Partiendo de un cambio radical de antropología política que comience por pasar de pensarnos como agregado de sujetos individuales que constituyen una comunidad contingente efecto del vínculo que impone el mando a entendernos como los simbiontes que somos, inacabados, incompletos, siempre necesitados de un otro con quien constituirnos.

Y, finalmente, ¿cómo ejercemos la autocrítica de nuestros hogares e instituciones sabiendo que no vendrán por nosotros y estaremos?

Sabiendo construir hogares donde no se nos espere, con quien no se nos espere; resituándonos siempre, desde el anonimato en nuevos comunes, constelaciones cambiantes de un hogar. Al final, solo morando en el enjambre resulta posible pensar una estrategia de éxito capaz de combinar antagonismo y agonismo de suerte tal que la producción institucional resulte posible.

dilluns, de maig 13, 2013

[ es ] El 15M no es un movimiento: viva el 15M!


Así "informa" esta mañana El País sobre la multitudinaria jornada de ayer: "El 15-M vuelve dos años después con el impulso de mareas y plataformas". Es un hecho conocido de quienes trabajamos en el estudio de los movimientos sociales que el rotativo madrileño lleva décadas especializado en la producción de marcos interpretativos (frames) cuya único objetivo es desmovilizar. De manera mucho más eficaz que las burdas mentiras neocon de la derecha, El País persiste en ser un medio de orden, por más que sus encantos y habilidades infoxicadoras no sean hoy la décima parte de lo que fueron. 

En efecto, quienes vivimos los ochenta saben de la fascinación que entonces ejercía sobre una buena parte de las cabezas críticas: claro que también eran los tiempos en que sus columnas las escribían Vázquez Montalbán o Haro Tecglén. Por suerte, su tratamiento mediático de América Latina y otros despropósitos recientes han minado la legitimidad que se ganó, acaso inmerecidamente, durante la Transición.

¿Realmente vuelve el 15M? ¿O no será que solo muta?

A lo largo del día de ayer, inducidos por frames tan poco rigurosos como este de El País, no pocas de las personas que encontré en la manifestación (especialmente aquellas que son periodistas) me vinieron con el mismo análisis de lo que estaba pasando; un diagnóstico basado en una falaz métrica cuantitativa y reificadora que intenta siempre leer la política del movimiento por la masividad de ciclos a los que se etiqueta como movimiento tal o movimiento cual. En otras palabras, el 15M sería un "movimiento" (reificación), que ayer fracasaba al tener "menos" gente que en ocasiones anteriores (cuantificación).

Primero, seamos rigurosos: ayer no había menos gente que el 15M (estuve en ambas manifestaciones). Por lo tanto, medir las cosas por comparación a la participación de aquel 15M de 2011 sigue evidenciando que estamos de lleno en una fase alcista de la ola de movilizaciones. Pretender lo contrario, diciendo que el 15M "vuelve" y que lo hace con "menos" gente, es pura demagogia.

Segundo, lo que se identifica como "movimiento 15M", en rigor, no existe. Y ello por el sencillo hecho de que 15M es la fecha de un acontecimiento. Como decía con irónico acierto un amigo: ¿dónde está el acta fundacional de ese "movimiento"? A lo que añado: en efecto, ¿cuándo alguien quiso producir el 15M de manera deliberada y lo consiguió? ¿Acaso no fue que nos lo encontramos? ¿Acaso no hubo, como hubiese dicho Maquiavelo, una parte decisiva de la fortuna en aquel 15M?

Tercero, lo que sí existe es un punto de inflexión definitivo en la ola de movilizaciones, que se venía gestando desde antes (desde V de Vivienda como poco) sobre la base de un profundo cambio repertorial y a partir del 15 de mayo de 2011 se hace no ya solo innegable para quienes conocemos de cerca el movimiento, sino para el conjunto de la sociedad española, tan dada a creerse lo que le cuentan los medios. Con el 15M lo que dio comienzo en el Reino de España fue una ola de movilizaciones que, por cierto, ya venía desplegándose de manera transnacional en el norte de África y prosiguió su camino en los EE.UU. (Occupy Wall Street) o México (#Yosoy132).

Cuarto, como acontecimiento que es y que, por tanto, marca una ruptura y mutación decisiva en la subjetividad, el 15M ganó su batalla, a saber: establecer un nuevo sentido común en la opinión pública (todavía hoy no existe en este régimen partido o institución alguna con capacidad para generar los consensos sociales del 15M). Y como decía el apotegma italiano del 77: "La rivoluzione è finita abbiamo vinto". El 15M hizo su revolución y venció. 

A partir del 15M el movimiento ha venido desplegando esos medusianos tentáculos que son las mareas, las plataformas, las okupaciones y todo el formidable arsenal que constituye hoy, el repertorio de acción colectiva disruptiva y desobediente con el que se define la agencia política del antagonismo en este país (para desesperación, por cierto, de partidos, sindicatos y medios de la izquierda fracasada). 

Por lo tanto no es que el 15M "vuelva", el 15M resuena, sigue haciendo retumbar el eco del acontecimiento, simplemente porque se celebra. Pero sin nostalgias, al menos sin nostalgias para quienes seguimos activxs, para quienes no hemos limitado nuestra comprensión del movimiento a un momento anterior a la recomposición de partidos que ganen elecciones, para quienes seguimos sabiendo decirnos en, por y para el movimiento, de manera autónoma, sin necesidad de recurrir a que nos nombren, ni a nombrarnos; en el mismo anonimato de la multitud que somos. En vano quieran decir que volvemos, siempre seguiremos aquí. Es lo que hay.

dissabte, de maig 11, 2013

[ es ] Aniversarios que no serán


[ tripi teórico, no leer sin precauciones ]

Estos días estamos asistiendo a múltiples demostraciones de participación masiva en las calles. Los problemas continúan, se agravan y seguir demostrando disconformidad, desobediencia y descontento es vital. Nadie puede permanecer en este contexto como si todo hubiese acabado. Pero al tiempo, en paralelo se sigue instalando, al igual que otrora sucedió con los foros sociales, la representación sobre la que la sociedad del espectáculo reorganiza el mando. Ese mismo juego representativo, al servicio únicamente de unas elites gestoras del evento no articula, ni instituye nada; carece por completo de cuerpo social, se manifiesta apenas como un eco que intenta recoger una voz emitida.

Más aún: la producción del aniversario como acontecimiento es infortunada por ser fallo de la virtu, no alcanza a más que vaciar el propio acontecimiento que fue el 15M del propio cuerpo social que lo produjo, sustrayéndolo de sí hasta reducirlo a una forma puramente representativa, huera, muerta. El problema de la agencia emancipadora sigue siendo, por ello mismo, el más acuciante de cuantos encaramos en esta crisis de la política. 


Y es que en una sociedad movilizada (que no ya un "movimiento social"), la militancia no es más que un ejercicio contrarrevolucionario que aspira a reducir el movimiento al dominio de su representación. Lo que se nombra como "movimiento social" acaba siendo el síntoma de una modernidad agotada, de una agencia que se sigue entendiendo como efectuación de lo absoluto, horizonte cerrado a su propia contingencia.

Esto es lo que siguen sin entender, para su propia desesperación (e ironía ajena), quienes siguen participando de una concepción exogenética del sujeto político, quienes confían a la gestión del espectáculo de la movilización su exclusivo (y excluyente) quehacer político, quienes pergeñan alianzas inverosímiles de conquistas del poder siempre preteridas mientras son conquistados por el propio poder. Mientras tanto, ahí sigue y seguirá, al margen (en paralelo a la militancia), la realidad viva del cuerpo social, el sujeto que nunca acaba de presentarse cuando se le convoca, ya que solo se hace accesible, en rigor, cuando se le invoca con éxito.

dimecres, de maig 08, 2013

[ es ] Víctor o la libertad de los campos



El fin de semana pasado, Artefakte estrenó su biblioweb: un espacio de descargas gratuitas para quien esté interesado en las publicaciones de la editorial y otros materiales afines. 

Hoy mismo se ha subido el ensayo Victor de Aveyron o la libertad de los campos. Se trata de la separata en formato pdf de la introducción al libro de Jean Itard, El niño salvaje (Barcelona: Artefakte, 2013). 

El texto comienza así…

«Corría enero de 1800 y en la remota comarca de Aveyron era capturado un niño de unos once o doce años. Tres años antes, en el departamento vecino de Tarn, el mismo niño había sido atrapado ya por una viuda que no pudo evitar su huida. Durante el tiempo que siguió fue avistado en diferentes ocasiones, siempre en la lejanía y de manera fugaz. Con la llegada del nuevo siglo, tres cazadores que vagaban por los bosques de Saint-Sernin-sur-Rance se toparon con él y lo persiguieron. En busca de un lugar donde guarecerse, el niño se coló en la casa taller de un tintorero. Allí fue descubierto y aprehendido al fin, pasando a disposición de las autoridades locales que lo enviarían a Sainte Affrique, primero, y a Rodez, poco después. Sería en esta segunda localidad donde Pierre Joseph Bonnaterre, abad y naturalista —uno de los primeros especialistas franceses en adoptar el sistema de Linneo—, se haría cargo de su caso. Desde el primero de los numerosos exámenes científicos a los que el niño sería expuesto, demostraría una formidable resistencia a la intemperie, impropia de cualquiera de su edad. La suya parecía ser una naturaleza otra que la humana; más indómita, salvaje. Quedaba fuera de toda duda, en cualquier caso, que su condición se había forjado en las más adversas condiciones»

diumenge, d’abril 07, 2013

[ es ] "Indignación", capítulo en el libro de Rivas, Mascott y Arellano

Ya está on line mi capítulo "Indignación. Política de movimiento, nueva ola de movilizaciones y crisis de representación", publicado en la compilación de Fermín E. Rivas Prats, María de los Ángeles Mascott Sánchez y Efrén Arellano Trejo (coords.) (2012): La actuación del legislativo en los tiempos de crisis, México: CESOP, págs. 123-156.


El 15M, un actor inesperado 

El 15 de Mayo de 2011, a una semana de las elecciones municipales y autonómicas, la red activista Democracia Real Ya! (DRY) convocaba a manifestarse contra la política económica del gobierno. Más allá incluso de esta primera y más explícita reivindicación, la jornada también se planteaba como denuncia de un déficit democrático que había hecho posible el giro a la derecha del gobierno Zapatero. Esta exigencia de una “democracia real ya” — contrapuesta a la democracia realmente existente — no es que dejase margen para demasiadas dudas. El problema de la política económica no sólo era una cuestión de orientación más o menos progresista de las decisiones gubernamentales. Se trataba, además, de un problema de calidad de la democracia o, más aún, de consecución inmediata de una democracia “real” 

Por otra parte, el 15M no era una fecha cualquiera en un calendario abstracto, sino toda una declaración política en sí misma. Bajo lemas como Toma la calle o No somos mercancías en manos de políticos y banqueros , DRY aspiraba a visibilizar el descontento ciudadano por encima de la contienda entre partidos, pero aprovechando al mismo tiempo la centralidad mediática de la propia campaña electoral como una estructura de oportunidad política particularmente favorable a la movilización social. Tan sólo desde las expectativas previstas por DRY, el 15M ya habría podido ser considerado un gran éxito de movilización; un logro más a inscribir en la serie de convocatorias de los meses precedentes y que apuntaba a la lenta, pero imparable, emergencia de un nuevo ciclo de movilizaciones

[ es ] La democracia será "escrachada" o no será

Artículo publicado por Diagonal, nº 195, pág. 29, 4 de abril de 2013


En estos tiempos en que la política de movimiento se abre paso subsumiendo en su seno notables y partidos, nuestro léxico se va enriqueciendo a golpe de acción colectiva y desobediencia. Basta con echar una visual a los medios para comprobar que el término «escrache» se ha convertido la catalizador discursivo del momento; el significante cuya sola presencia organiza todo el debate. Con el escrache solo hay dos posiciones posibles: a su favor y, por ende, en pro de la democratización o en contra y, por tanto, en pro de consentir y favorecer la deriva cleptocrática del régimen.

El escrache es la expresión de una práctica política a la altura de la ruptura constituyente. Si la desobediencia a los deshaucios —también puesta en práctica por la PAH— era hasta cierto punto defensiva, apremiada por la urgencia de la solidaridad con las víctimas del régimen; el escrache se sitúa en el horizonte de una contraofensiva, de una presión política a la altura de una sociedad que ha comprendido que el régimen aplica un obsceno doble rasero para los sobres (y quienes los dan) y los deshaucios (y quienes los padecen). No es de sorprender, pues, que el ataque a los escraches haya sacado a relucir toda la artillería retórica del mando: desde las más ramplonas amenazas fascistas a Ada Colau hasta los más refinados argumentos liberales sobre la defensa de la representación y la supuesta inadecuación del repertorio a los preceptos normativos de la democracia liberal (la misma, curiosamente —o no tanto— que nos ha traído hasta aquí).

Poco importa; el hecho es que la política de movimiento se sigue abriendo camino y el régimen se ve abocado a tensionar al máximo su esfera pública para poder afrontar el desafío social. Más allá de la cuestión específica de las hipotecas, la PAH está demostrando ser el catalizador más importante de la democratización en décadas. Basta con evaluar algunos elementos destacados de su repertorio para comprender su éxito: (1) campaña contra los desahucios que abre una línea de fuga antagonista para el 15M, (2) recurso a la ILP como forma de abrir brecha en el régimen, (3) puesta en marcha la campaña de escraches para pasar a la contraofensiva; y last, but not least, (4) expropiación de edificios como el de Salt (Girona) no ya solo para hacer efectivo un derecho —reconocido incluso por la constitución formal—, sino para producir los comunes que requiere la constitución material sobre la que poder instaurar una república del 99%.

Mientras el mando persiste en orquestar su espectáculo, intentando en vano contener la movilización, la estrategia de la PAH toca hueso y muestra, por la única vía posible —los hechos—, como se desarrolla un vector antagonista hasta hacer implosionar el régimen. Y aunque este confíe en contener el conflicto en los márgenes del gobierno representativo y llevar a cabo la doble acomodación doméstica e internacional del reino a las exigencias de la Troika y la perpetuación de la lumpenoligarquía, fuera emerge ya la constitución de los comunes, la república del 99%.

El mando confía en lograr a medio plazo un doble salto mortal: por una parte, la catarsis regeneradora del régimen a medio plazo; por otra, la satisfacción de la troika en lo inmediato. Gracias a los escraches, impedírselo es cada día más fácil. Por más que las grietas que hoy se abren en la esfera de la política institucionalizada en el régimen pueden parecer insuficientes desde su propia métrica, fuera de él progresa ya una tensión cada vez más difícil de encauzar.

dijous, de març 07, 2013

[ es ] Despedida a un príncipe


En estos momentos en que la red bulle de maniqueísmo, me gustaría volver sobre lo escrito e incidir, una vez más, en la necesidad de leer a Chávez en la ruptura constituyente, en el inicio de algo más que en el fin de lo irrepetible. Por suerte, más allá de su singularidad concreta, el futuro nos depara por suerte muchos chávez. Despídase, pues, al hombre, en lo íntimo más que en la calle, en el pudor del recuerdo más que en lo obscenidad del espectáculo. Pero, sobre todo, húyase como de la peste de las hagiografías, del providencialismo apologético, de la fácil mitopoiesis caudillista.



Entiendo que en estos momentos, entre “nosotrxs” (quienes quiera que seamos) y ante “ellos” (quienes a buen seguro son los tertulianos, los todólogos, los mediócratas del mando) y ante tanta mistificación como estamos teniendo que leer, resulta extremadamente útil recordar que, para quienes aspiramos al gobierno del común, al gobierno de la multitud, al gobierno de los demoi, Chávez no ha sido jamás, ni será, un paradigma de lo político. A diferencia de como lo es para los populistas inspirados por Laclau y otros teorizadoros del proceso bolivariano como una vía, que se diría kantianamente, “de universal observancia”, no creo que haya en la obra política de Chávez nada acabado a lo que aspirar, una forma de hacer política otra que sirva como programática para construir un régimen político del común. 

Chávez, el interrogador

Y si esto no es así para América Latina (ni siquiera para procesos en curso abocados a la colisión con sus propios límites), menos lo es para quienes nos encontramos, ante Chávez, frente a la desviación genealógica de un exterior constitutivo que nos interpela acerca de nuestra propia deriva hacia la cleptocracia neoliberal, o si se prefiere, a las más desquiciantes, dolorosas y aterradoras preguntas del ¿cómo fue que llegamos hasta aquí?, ¿en qué momento el proyecto desarrollista acometido desde las décadas franquistas nos abocó a la apología neoliberal de las hipotecas?, ¿dónde la matriz del crecimiento fue fecundada por la maldición nacionalcatólica que ahora nos intenta gobernar y a la que intentamos resistir con todas nuestras fuerzas? 

Al escribir esto no puedo evitar que en mi mente aparezca la pícara sonrisa maquiavélica de Chávez. Y es que, más allá de cómo nos interrogue por aquí, Chávez ha sido para su país un príncipe afortunado, una auténtica rara avis para la izquierda en general; un verdadero príncipe de Maquiavelo, a la par actor de una modernidad, que no se agota en su obra histórica y deviene pieza tan fundamental como afortunada para la historia venezolana. Chávez es, fundamentalmente, alguien que ha hecho posible la escisión. Y por eso las mentes amigas de la ignorancia persisten en estos momentos en envolverlo con un manto de conjurado maqueísmo. Pero también es, a partir de ahí mismo, que Chávez alcanza su propio límite para cualquier otro que no sea él, el límite de su singularidad como princeps (límite, por demás, que muchos otros príncipes, así el paquidermicida heredero del régimen franquista, ni imaginarían alcanzar en sus mucho más dilatadas existencias).



Leída hoy la figura del venezolano desde la sabiduría del maestro florentino, se puede afirmar que su fortuna tanto ha sido más grande que su virtud, que hasta saber ha muerto en el momento que tocaba por más que su paso a mejor vida, humanamente, tanto duela. Suerte esta, la de Venezuela, que bien pudiera, si acaso su virtud no alcanza ahora la exigencia de tamaña fortuna, volverse contra su destino como nación, haciendo contingente la obra del Hugo Chávez Frías, pues sabido es que, en política, nada hay que no se le pueda dar la vuelta. 

La hora de la irreversibilidad

Henos aquí ante una cuestión decisiva que ha sido acertadamente destacada por Jacobo Rivero desde Diagonal: lo irreversible de Chávez más allá de la única irreversibilidad conocida: la de su propia extinción. Y es que no son pocos quienes, precisamente, le han visto como un revolucionario. Y por eso es que se mide exactamente toda revolución: por su irreversibilidad. 

Llega ahora la hora de la verdad del espinoziano absoluto democrático para Venezuela, la hora de descubrir lo conseguido y las limitaciones de lo realmente existente. Como siempre habrá continuidades y discontinuidades. Pero incluso científicos sociales expertos en revoluciones como Charles Tilly, tan poco amigo de Chávez en sus análisis (Democratization, Cambridge University Press, 2007), asumían hace ya un tiempo que en términos de democratización, el empoderamiento del Estado frente al mercado habido estos años tendría efectos muy positivos sobre la democratización a medio y largo plazo. 

Acaso Venezuela no ocupe a partir de este momento tanto espacio mediático (al mando se le ha acabado apenas un demonio, aunque por ventura sus demonios seamos legión). Pero, sin duda es a partir de aquí que comienza la evaluación política de todo un periodo histórico para el país y para quienes, desde aquí, han encontrado por allá un exterior constitutivo. Como quiera que sea, Spinoza mediante, se advierte desde ya que los abusos identitarios siempre producen terribles frustraciones y pasiones tristes. Ánimo, empero, con el duelo y pesimismo de la razón que no entorpezca el optimismo de la voluntad. A Venezuela su kairós y a nosotrxs, por aquí, el nuestro. Con príncipe que nos ayude o nos entorpezca, la multitud, multitud se queda. Y para con Chávez, agradecimiento por el sacrificio rendido a la causa de la comprensión de la soberanía, de la recuperación del horizonte democrático del gobierno de las cosas, de la aspiración al régimen político del común que, con su obra, ha sido más fácil y quien sabe si un día, incluso plenamente posible.