dimecres, de novembre 25, 2009

[ cat ] Xerrada-debat sobre la situació actual en Honduras



Demà dijous 26 a les 13h30 (aula 40.012, Campus Ciutadella de la Universitat Pompeu Fabra)

Xerrada-debat sobre la situació actual en Honduras

Intervenen:

Carlos Arturo Velandia, de l'Escola de Cultura de Pau de la UAB
Raimundo Viejo Viñas, professor de la facultad de Ciències Polítiques de la UPF

Organitza:
Estudiants per Amèrica Llatina

dilluns, de novembre 16, 2009

[ es ] Del medio al mando (…y ordeno)

Publicado por Diagonal, nº 113, págs. 26-27



Dicen que hubo un tiempo en el que las cosas del gobierno representativo estaban mucho más claras. Por aquel entonces, el Parlamento era el lugar donde residía la soberanía, los partidos se encargaban de articular la voluntad general por medio de elecciones (sin ilegalizaciones) y la ciudadanía votaba gracias a que se había formado una opinión a través de los medios. Éstos, por su parte, daban cuenta, lo más objetivamente que podían, de cuanto sucedía en el debate parlamentario, respetando la iniciativa del gobierno y la tarea crítica de la oposición. Y aunque el régimen no era ninguna maravilla, al menos operaba bastante de acuerdo con sus propios principios normativos.

Los nostálgicos de aquel tiempo suelen recordar lo venerables que eran las instituciones, la oratoria de los diputados o las anécdotas parlamentarias de Luis Carandell. Dos canales de televisión públicos, aunque subordinados al poder político, la radio “nacional” (nacional española, claro) y una cantidad asequible de publicaciones periódicas serias configuraban un ágora moderna en la que los opinadores eran valorados por el rigor de sus argumentos. El abanico del pluralismo era tan razonable, que incluso algunos rojos como Vázquez Montalbán o Haro Tecglen podían escribir en los grandes rotativos y ser tenidos en cuenta. El adjetivo “amarillo” se dedicaba a publicaciones como El Caso o Interviú, descalificables y descalificadas ante el público.

Ciertamente, los flujos de información sólo discurrían de arriba abajo, jerárquica y escalonadamente, hasta llegar a un pueblo que poco más podía hacer, finalmente, que limitarse a ejercer su derecho a elegir gobierno una vez cada cuatro años. Pero pocos podrían dudar hoy que aquel régimen estaba razonablemente bien institucionalizado. Era lo que era, pero la ciudadanía podía confiar en cierta congruencia institucional e incluso, desde ahí, movilizarse por una radicalización de la democracia.

Llegaron entonces la reconversión industrial, las privatizaciones de los servicios, la masificación universitaria y toda una serie de procesos inscritos en el programa neoliberal. Gracias a las nuevas tecnologías, la producción se desterritorializó, el trabajo se fue haciendo inmaterial y la sociedad que se decía postindustrial dio paso a decirse sociedad de la información. Los canales de televisión dejaron de ser dos y sólo públicos para privatizarse y multiplicarse en número (que no en pluralismo). Por si fuera poco, a este estallido mediático, vino a sumarse ese ingenio llamado internet; una suerte de tierra de nadie de la información. Y en este big bang comunicativo comenzaron a formarse agregados mediáticos cada vez más grandes, jerarquizados y poderosos a los que llamaron grupos de comunicación.

Desde entonces, los gobiernos y los partidos políticos que aprobaron los marcos legales y elaboraron las políticas que hicieron posible este cambio de facto del régimen se han visto cada vez más deslegitimados en su papel de emisores del discurso público. El Parlamento ha ido perdiendo su centralidad de antaño hasta quedar relegado al papel de un circo donde los argumentos son abucheados o ensalzados con independencia de toda validez argumental. Esta subalternización ha llegado hasta tal punto, que incluso el imaginario parlamentario ha abandonado la sala de plenarios para irse a los pasillos y salas adyacentes donde tiene lugar “la actualidad” (vale decir, la urgencia, la novedad, el escándalo y demás herramientas de la inmediatez y la descontextualización argumental). Y esto cuando no se quedan en los aledaños del Parlamento a manos de reporteros de programas satíricos, comentarios frívolos sobre las apariencias, gustos o modas de sus señorías y otros aspectos no menos morbosos de la sociedad del espectáculo.

El modo de mando del capitalismo cognitivo ha llegado así a su plena madurez. El epicentro de la política se ha desplazado de las instituciones de la soberanía popular a grupos de interés ajenos a los controles institucionales. El escándalo político sirve para instanciar las decisiones sin control de intereses particulares. Gürtel, Millet o Pretoria se suman ahora, cual versiones 2.0, de Filesa, Banca Catalana, Gescartera y el resto de una larga serie de escándalos. Y es que el escándalo, hoy, es mucho más que una ilegalidad, una sorpresa o una indignación pública. Se trata de la pieza sobre la que pivota el mando, la manera en que se deconstituye, a golpes, el régimen político, la forma en que progresa la desdemocratización.

Los grupos de comunicación y no las asambleas o congresos de los partidos eligen ahora a los candidatos. Ellos los construyen y los destruyen; los defienden o los atacan —a ellos y a sus contrincantes— dejando a las militancias la tarea plebiscitaria de refrendar caídas y auges vertiginosos (qué mejor ejemplo que el último gran congreso del PP). Los políticos electos, cada vez más libres del control institucional, buscan las cámaras con desesperación (el control mediático), pero esquivan a toda costa ser víctimas del escándalo. Sus intervenciones en los mítines han pasado a incorporar el argumentus interruptus a fin de satisfacer el único minuto que realmente cuenta: aquel que comienza cuando se enciende la luz roja y se conecta con los informativos. Y el pueblo, entre tanto, disuelto, desafecto, desinformado, zapeando y absteniéndose cada vez más. Una metamorfosis que todavía no sabemos si acabará transformándole en una plebe postmoderna con sus tribunos a lo Belén Esteban o en una multitud rebelde.

dimecres, de novembre 11, 2009

[ cat ] Les dimensions de la polis

Article publicat pel setmanari Directa, 11 de novembre de 2009, nº 160, p. 4

Tal com està el pati, la presentació de la CUP Barcelona segurament és una bona notícia. L’establishment que ens governa des de fa dècades no només no ha sabut posar fre als mals de la ciutat sinó que, de vegades, els ha afavorit. Confortablement asseguts sobre l’amenaça que puguin arribar al poder les dretes Gürtel i Millet, les esquerres no s’han vist en l’obligació de fer gran cosa (i, com a prova, la invisible presència de l’ERC local). No és d’estranyar que els escassos regidors crítics (algú n’hi ha) transmetin sempre la sensació d’estar una mica desllorigats. Si una CUP Barcelona és capaç de fer les coses d’una altra manera, queda per veure. Però que en qualsevol cas és alguna cosa que mereix el benefici del dubte.

Presentació CUP de Barcelona from Cup de Barcelona on Vimeo.


No obstant això, per a qui ens preocupa la possibilitat de desenvolupar models de democràcia alternatius (directes, deliberatius, participatius...) la presentació de la CUP de dimensions metropolitanes també és una notícia inquietant en termes federals i democràtics.

En termes federals, per l’evident asimetria que pot introduir a un procés que fins ara ha estat operatiu en contextos, no per casualitat, de dimensions molt més reduïdes. I si fins ara les CUP introduïen un estímul per a pensar el decreixement (polític), no sembla molt clar de quina manera (per mitjà de quins mecanismes institucionals) s’evitarà el risc de deriva centralista. A més a més, cap a fora de les CUP això es transforma en un problema de cooperació federativa amb les forces diverses d’un municipalisme crític present a l’espai metropolità i que únicament podria trobar acomodació sota alguna forma més o menys dura d’hegemonia del programa ideològic de l’independentisme vintisecular.

En termes democràtics, però, és on la nova CUP planteja interrogants més seriosos. Malgrat que l’organització és més o menys conscient de la necessitat de fer el treball des de baix, encara no ens ha explicat per mitjà de quins mecanismes procedimentals pensa organitzar el contrapoder veïnal que Barcelona necessita. Coneixent la cultura política activista, el que es pot intuir és que els processos assemblearis s’arrisquen a convertir-se en un joc de capelletes sectàries
obsessionades amb construir hegemonies impossibles. Transparència, mandats, rendiment de comptes i responsabilitats (accountability), rotació, paritat, etc., la llista d’interrogants és massa llarga com per a no preocupar-se. Potser no anaven tan desencaminats els sofistes grecs quan discutien les dimensions en les quals era practicable la democràcia.

dimarts, de novembre 03, 2009

[ cat ] 20 anys de la caiguda del mur.



20 anys de la caiguda del mur.
Per què va passar i quines conseqüències ha tingut?

Dia: 11.11.2009
Lloc Debat matí: Auditori gran.
Lloc Cinefòrum tarda: 40.008

Fa vint anys que va passar el que molts alemanys (i no només alemanys!) consideren un miracle. El mur es va obrir i va donar pas a la unificació de les dues Alemanyes. En primer lloc, volem analitzar les causes del “miracle”: va ser una revolució o una implosió del sistema? En segon lloc, ens preguntem per les conseqüències: perdura el mur en els caps? Quins canvis en la cultura política es van produir?

Programa:

10.15-10.30 Obertura , a càrrec del degans de la Facultats de Ciències Polítiques i Socials, Jordi Guiu, i de la degana de la Facultat d’Humanitats, Mireia Trenchs

10h30-13h15 Presentacions i debats, modera: Raimundo Viejo, Professor associat del Departament de Ciències Polítiques i Socials.

10h30 La caiguda del mur, un miracle?, a càrrec de Marició Janué i Miret, Professora agregada d’història contemporània i secretaria acadèmica de l’IUHJVV.

11h15 Alemanys de l’est i alemanys de l’oest. Les conseqüències polítiques de la caiguda del mur, a càrrec de Klaus-Jürgen Nagel, Professor agregat del Departament de Ciències Polítiques i Socials.

12h00 El mur dins del cap. Les conseqüències culturals de la divisió
Michael Pfeiffer, Professor titular del Departament d’Humanitats i president de l’Associació de Germanistes de Catalunya.

12h45 Debat general

13.15-13.30 Cloenda, a càrrec del director de l’Institut Universitari d’Història Jaume Vicens i Vives, Joaquim Albareda, i de la directora del Goethe Institut Barcelona, Marion Haase.

15.30 Cinefòrum
“El silencio tras el disparo” (Die Stille nach dem Schuss), Dir. Volker Schlöndorff, aprox. 98’, seguït de debat. A continuació, es mostra i es debat el reportatge de TV 3 emès el dia 7.10.1990 “RDA: de Marx a marcs”.
Organitza i presenta: Assemblea d’Humanitats

Organitzadors:

Facultat de Ciències Polítiques i Socials
Facultat d’Humanitats
Institut Goethe de Barcelona
Institut Universitari d’Història Jaume Vicens i Vives
Assemblea d’Humanitats
Associació de Germanistes de Catalunya