Artículo escrito para el boletín informativo especial sobre el 29-M de IU-Don Benito (Extremadura). El boletín se puede descargar on-line.
La
convocatoria de la huelga general del 29M está suscitando reacciones
encontradas entre los trabajadores. Por una parte, esta huelga llega,
como las anteriores, demasiado tarde. Su eficacia es puesta en
cuestión incluso sabiéndose un éxito de participación y ello
desgasta, tanto más si cabe, a los sindicatos que han convocado; a
desgana, a destiempo y forzados por la presión social.
Por
otra parte, el 29M de los sindicatos sólo reviste un interés
parcial en el escenario del conjunto de luchas sociales en que
estamos inmersos, a saber: la reforma laboral. En un país donde
miles de familias son desahuciadas día a día, en el que se acomete
la privatización de servicios públicos tan fundamentales como la
sanidad o la educación o donde la corrupción del estamento político
campa a sus anchas, convocar contra la reforma laboral se arriesga a
ser una grave falsificación de la situación real que atravesamos.
Ciertamente,
la convocatoria de huelga general puede prestarse a interpretaciones
diferentes y debe ser interpretada, de hecho, de manera distinta si
lo que se quiere es que realmente tenga un efecto a medio plazo sobre
la inversión del equilibrio de fuerzas que hace posible la
implementación del proyecto neoliberal. Para quien vive del trabajo
precario, la reforma laboral apenas supone, en realidad, la
formalización en ley de lo que ya es la relación de explotación
cotidiana.
Con
la que está cayendo, urge pensar e intervenir el 29M desbordando los
cauces previstos, a la manera en que las acampadas superaron las
previsiones de Democracia Real Ya tras la manifestación del 15M. Se
trata de abrir un proceso participativo mucho más amplio, a la
manera del 15M, en el que se cuestione a fondo el proyecto
neoliberal, el modelo productivo, el funcionamiento de la democracia,
etc. El 29M no es cuestión ya de una huelga general contra una
reforma laboral: ha de ser una huelga política; una jornada de
ruptura contra el régimen a favor de una democratización efectiva.