dijous, de maig 26, 2011

[ es ] [ NEM 1 ] Los Consejos Autónomos Municipales (CAM)

El concepto me llega de la Acampada de Sants, donde según me cuentan, surgió de una voz espontánea entre la multitud. Así van las cosas estos días: una potencia creativa desbordante se ha adueñado de los participantes en el movimiento. Las ideas no son de nadie y son de todos: omnia sunt communia! Las que se lean aquí no son más que rekombinaciones personales, coyunturales, a la espera de su ensamblaje en los espacios del común (en ello estamos).

Vamos con el concepto: Consejos Autónomos Municipales. Las resonancias históricas del consejismo son evidentes (¡cómo no evocar los consejos espartaquistas!); la autonomía como matriz teórico-política, insoslayable para la política de movimiento; el municipalismo como opción descentralizada, federal y practicable de la democracia directa. 

Seguramente el concepto no sea lo suficientemente cibernético o cool como para exhibirse en museos y otras instituciones culturales, pero como significante de coyuntura quizá nos permita mirar más allá de la ruptura constituyente hacia las prácticas instituyentes. Se trata de avanzar hacia la instauración de esa institucionalidad otra desde la que hacer posible un cambio de régimen, desde la que provocar la mutación destituyente en la estructura de la soberanía que logre contraponerse al mando y efectuar de manera virtuosa toda la potencia del movimiento. 

Si el movimiento permanece en el nivel meramente expresivo, de producción del disenso, colapsará antes que después. Además, entre tanto, irán en aumento los riesgos ya conocidos de recuperación por agencias espurias, de rentabilización del capital simbólico en dispositivos ajenos al antagonismo y los oportunismos varios del creciente número de arribistas que, para variar, merodean el proceso en busca de su jugada maestra.


Los Consejos Autónomos Municipales no son todavía realidad. Lo más probable es que no lo lleguen a ser jamás con este nombre. Pero si el movimiento no es capaz de colocarse en la perspectiva de su instauración e institucionalización, si no es capaz de organizar esta salida estratégica a las plazas centrales y a su carácter destituyente, se arriesga a implosionar en las habituales dinámicas del reflujo (fragmentación, pasiones tristes, etc.).


¿Qué forma tendrían que adoptar? ¿qué nombre (ya que el propuesto de momento es sólo una voz)? Las asambleas dirán.