dilluns, de maig 26, 2008

[ cat ] III Premi de la Plataforma Universtiària pel Català (PUC)



Comunicat de la Plataforma Universitària pel Català

Benvolgut Raimundo Viejo,

L'escric per anunciar-li que els estudiants l'han escollit guanyador del Premi PUC 2008.
El Premi PUC és una guardó que organitza cada any la Plataforma Universitària pel Català amb l'objectiu de premiar el professor/a nascut fora dels Països Catalans que els estudiants considerin que ha demostrat més esforç i interès per aprendre i utilitzar el català a les seves classes.

Després de realitzar les votacions pertinents durant la jornada de la Solidaritat (el passat 15 de maig), vostè ha resultat el professor més votat. Felicitats, per a nosaltres és un plaer tenir exemples d'integració com el seu a la Universitat.

En conseqüència, agrairíem poder concertar una trobada al llarg d'aquesta setmana per tal de poder-li fer lliurement del premi (un petit obsequi).

Felicitats de nou i moltes gràcies per la seva atenció,

Pau Xifra i Rosich
Plataforma Universitària pel Català (PUC)

+ infos

divendres, de maig 23, 2008

[ es ] Los Glucksmann, el 68, el obrero-masa y la memoria reelaborada

_.
>> Video dels Gluckmann a VilaWeb TV



Una nota al hilo del paso de André Glucksmann (e hijo) por Barcelona.


[ versión 0.0 ]

El pasado pasa y la memoria se va tras de él de vuelta a la noche de los tiempos. Por eso la memoria histórica viene a ocupar su lugar como relato de lo que fue. La Historia se entiende a si misma como el ejercicio mitopoiético que se crea y recrea a partir del puzzle de las evidencias que el propio historiador construye. Tal es la obra de la historiografía. No hay pues una verdad ontológica en el pasado esperando ser desvelada, sino conflicto presente en torno a la congruencia de nuestras acciones y nuestros valores a lo largo del tiempo.

Una de las obsesiones de los activistas de los movimientos sociales más inclinados a mirarse narcisísticamente en el ombligo de su identidad colectiva radica precisamente en su tendencia a pensar que, ya que en el presente no parece fácil hacerse con razones, mejor es mirar hacia el pasado e instalarse cómodamente en su maleabilidad discursiva. El permanente ejercicio agonístico por determinar y fijar la significación del acontecimiento histórico conduce así a muchos activistas a ubicarse en ese plano "pre-ocupante" y siempre cambiante del "pasado que no quiere pasar" (Vergangenheit, die nicht vergehen will, por recordar aquí la polémica expresión del historiador conservador alemán, Ernst Nolte, que inauguró la Disputa de los Historiadores o Historikerstreit).

No obstante, a diferencia del historicismo consevador (pero sin dejar de operar en una misma organización categorial historiográfica), el activismo autorreferencial e identitario no quiere que el pasado pase (la parte oculta del mismo plano) para poder seguir ejerciendo el victimismo histórico y la reconstrucción intencional de ese maniqueismo propio de la dialéctica schmittiana entre el amigo y el enemigo. Tal es, por cierto, el sentido heurísticamente más cruel, pero más acertado de la expresión "contra Franco vivíamos mejor".

Frente a todo ello no podemos dejar de recordar aquí la evocación habermasiana de Th. W. Adorno y su idea de la "reelaboración consciente del pasado" (Aufarbeitung der Vergangenheit). En ella el pasado por fin puede pasar, si bien parece que no tanto en el sentido dialógico y consensual de la concepción habermasiana --tan orientada ella a la reductio ad unum propia del "espacio y opinión pública" (Öffentlichkeit) de la democracia liberal-- cuanto como benjaminiana producción de una crítica inmanente de la sociedad. La memoria se nos muestra, pues, como punto inicial de referencia sobre el que se opera el desplazamiento temporal de las singularidades. Sobre él, en última instancia, se articulan los procesos de subjetivación que hacen posible el devenir singularidad en la multitud.

Así las cosas, el otro día tuvimos ocasión de ver a los Glucksmann, padre e hijo, metidos de lleno en la harina del costal historiográfico contumaz y neocon de quien por mirar en el sentido contrario piensa haberse desplazado hacia algún lugar y no ha hecho, empero, más que girar sobre sí mismo. En su discurso, el conflicto moral que se experimenta por la redención del leninismo (maoista en su caso, como antiguo miembro de la Gauche Proletarienne) se resuelve fundamentalmente por medio de dos operaciones: por una parte, mediante el anti-"sovietismo" visceral (amnesia del leninismo propio y ocultamiento del antagonismo del movimiento consejista) y, por otra, mediante la liquidación historiográfica del obrero-massa (amnesia de la composición de clase del 68 como el que Claus Offe denominaría más adelante, al hilo de su análisis de los movimientos sociales posteriores, "nuevo radicalismo de las clases medias").

En efecto, lo "soviético", como para tantos ex-leninistas visceralmente opuestos al neofetichismo de la URSS, se convierte en el discurso glucksmannianno en el falso nombre de "estalinismo" y para el cual, el movimiento consejista que siguió a la I Guerra Mundial (el movimiento de los soviet, en ruso; pero también de los Räte en alemán, a la manera del Räterkommunismus de Luxemburg, Pannekoek y tantos otros) y no el leninismo nominal en tanto que deriva totalitaria del marxismo inventada por Stalin, sigue constituyendo el espectro a conjurar. No deja de ser relevante en este sentido constatar que, en Francia, los neocon han reclutado en el maoismo de la Gauche Proletarienne algunos de sus intelectuales más destacados. A la manera de los neocons de origen trotskista americanos (Wolsthetter, Kagan, Kristol, etc), los Glucksmann, Henri-Lévy, Geismar, etc., han venido a producir la ibseniana "mentira vital" (Lebenslüge) sobre la que han construido sus carreras profesionales como exorcistas de la crisis del liberalismo de principios del siglo XX.

Correlato de lo anterior, aprovechando las ventajas del enfoque "presentista" (Croce), se recompone una Historia sin antagonismo; una historia-relato del desarrollo armónico del devenir liberal-democrático del mundo (que no democrático-liberal), una historia-relato negación de la Historia-conflicto. A resultas de esta particular historiografía, el 68 puede ser reducido al logro parcial (por otra parte nada desdeñable en los tiempos que corren) de una mayor liberalidad sexual, mejoras en los derechos civiles
, ampliación del acceso de la mujer al mundo laboral, diversificación de los criterios estéticos en la moda, etc... El 68 se nos presenta por ello mismo en el discurso de los Glucksmann como el proceso sin subjetividades que precisan quienes carecen de tradición liberal (los neocon) y ello con la única finalidad política de fabricarse una explicación congruente de sus "escarceos" políticos de juventud. Fanatismo así del antifanatismo, vida en lo falso, eso sí, que asegura un negocio mediático-editorial de tal calibre que permite incluso legar al vástago una lucrativa herencia en el vasto reino de las medias mentiras historiográficas.

Pero si todo lo dicho hasta aquí resulta acertado en mayor o menor medida, no lo es menos su reflejo especular en el seno de los movimientos sociales, a saber: la obstinada producción de un discurso identitario y autorreferencial basado en la apología de la centralidad de la figura del obrero-masa fordista. El 68 y su crítica se revela así no pocas veces como incomprensión de la ruptura histórica que marca la apertura del tránsito al postfordismo. Paradójicamente, la historiografía neocon necesita al izquierdismo en no menor medida de lo que los izquierdismos varios necesitan la "crítica del 68" como fragmento particular del "espectáculo" (Débord) en el que verse reflejados dentro de una Öffentlichkeit compartida.

Después de todo, los intelectuales izquierdistas y otros apologetas varios del obrero-masa no escapan a la "suerte" (en su doble acepción de fortuna y destino)que sigue a este segmento de la clase trabajadora del mundo occidental.
Es esta una suerte simultáneamente paradójica y moralmente conflictiva, pues, beneficiario siempre relativo de la globalización emprendida por el neocorporativismo neoliberal como reacción al 68, el obrero-masa habita hoy en el postfordismo como subjetividad que todavía aspira a predicarse como sujeto de las conquistas sociales. Ello no le exime, empero, de tener que pensarse en contradicción con los procesos de subjetivación en curso (precarización, la migración, etc) que lo contraponen aquí al riesgo de la razón cínica (Sloterdijk) y abren las puertas a los excesos de la razón populista (Laclau).

dijous, de maig 15, 2008

[ es ] Traducción de Charles Tilly



El pasado 29 de abril falleció Charles Tilly, una de las figuras académicas más relevantes de las ciencias sociales. Precisamente en los días en que iniciábamos la traducción al castellano de su penúltimo libro intitulado Democracy, (publicado originalmente por Cambridge University Press, 2007, la traducción de la obra estará lista para septiembre y será publicada la colección de Ciencia Política que dirige Ramón Máiz en Ediciones Akal). Este penúltimo trabajo de Tilly constituye, sin lugar a dudas, una formidable lección magistral en la que el autor sintetiza el saber adquirido a lo largo de su brillante carrera. Su comprensión general de la constitución social y conflictiva de lo político (y muy en particular de la democracia), asienta y consolida las bases teóricas de un trabajo que recuerda algunos de sus mejores antecesores: Orígenes sociales de la dictadura y la democracia, de Barrington Moore, y Los Estados y las revoluciones sociales, de Thedas Skocpol.

A Charles Tilly le cabe el indudable mérito académico de haber destacado la relevancia de la política contenciosa en una época en que el neoinstitucionalismo más estricto se postulaba como paradigma hegemónico en la explicación de lo político. Sin duda su trabajo junto a Doug McAdam y Sidney Tarrow, "To Map Contentious Politics" (publicado en el primer número de Mobilization) marca un punto de inflexión en el desarrollo del programa de investigación científica al que se dedican tantos estudiosos de los movimientos sociales, las revoluciones y tantos otros procesos en los que el poder es, en fin, poder constituyente y la política rebasa todos los márgenes constitucionales.

[ cat ] Berlín-Kreuzberg: 1 de Maig rekombinant



Reportatge de la cadena de pública televisió alemanya ARD en el qual s'explica l'impacte dels mitjans en la construcció com espectacle del 1 de maig alternatiu a Berlín. Per primera vegada en dues dècades, sembla haver-se invertit la tendència.

A continuació reproduïm algunes reflexions des de l'observació participant escrites per a la
Directa (nº 93, 14 de maig, p. 7)

Des de la segona meitat dels 80, el barri Kreuzberg es va convertir en un dels laboratoris més reconeguts de la política del moviment. La seva reflexió sobre la violència i la configuració dels espais socials en el trànsit a la metròpoli post-fordista sens dubte va constituir una anomalia salvatge en una Europa progressivament neoliberal. Va ser en aquest mateix Kreuzberg, ja a la fi dels anys vuitanta, on es van pensar els repertoris de crítica als cims de les institucions globals i els fòrums socials. Aquí es va escindir amb èxit el moviment de les burocràcies sindicals, resignificant-se el 1 de Maig com festa combativa.

Amb el pas del temps, però, la convocatòria separada dels autònoms no va escapar a una certa ritualització. La política de moviment va acusar una certa esclerotització de les seves pràctiques, transformant-se en un espectacle més d'aquesta societat en la qual la contemplació del simulacre sempre és la millor manera de conjurar el caràcter constituent del conflicte. Els alemanys es van acostumar a veure en els telediaris del 2 de maig les vitrines trencades i els cotxes cremant.

Aquest 1 de maig ha marcat un punt d'inflexió. La situació dista molt de ser reductible a lectures esquemàtiques, però això no és sinó reflex, precisament, de la mutació que s'està experimentant. Entre les variables més significatives cal senyalar la modificació dels termes de la confrontació, tot i mantenint una tensió important. Algunes dades per a situar-nos: 162 detencions, 92 d'elles passen a disposició judicial i 9 enfronten penes de presó. La caiguda en el nombre de policies ferits (un total de 103, 25 menys respecte a l'any anterior) i la reducció de danys a la propietat ha sigut presentada com un èxit per les autoritats. Cal demanar-se, però, si el fet de no poder disoldre la manifestació al final pot ser considerada un "èxit" vista la pràctica d'anys anteriors.

Sens dubte la renúncia policial té molt a veure en el resultat final. No obstant això, seria reduccionista no tenir en compte altres tres factors depenents dels activistes: primer, la contraposició a la policia de proximitat d'un cos negociador equivalent, el denominat Myfest organitzat pel teixit social del barri. En segon lloc, el major atractiu de la manifestació antifascista d'Hamburg pels partidaris de la dialèctica de confrontació amb la policia (aqui l'extrema dreta havia convocat també pel 1 de Maig). Finalment, la celebració de l'Euro-May-Day fora del barri i sota un repetori d'acció innovador.

Així les coses, tot apunta que les coses estan canviant. Cap reflexionar ara sobre la potència política que s'apunta en la tendència i pensar la seva millor efectuació. Segur que la política del moviment no deixarà de sorprendre'ns a Berlín-Kreuzberg.

dijous, de maig 08, 2008

[ es ] Pintada en Berlín-Kreuzberg



¡Si sólo hacéis como que nos pagáis, haremos sólo como que trabajamos!

[ es ] Congreso sobre 1968 en Berlín



[ versión 1.0 :: work in progress ]

Bajo el lema de "La última batalla la ganamos nosotros" (Die letzte Schlacht gewinnen wir), tuvo lugar los días 2, 3 y 4 de mayo en Berlín el 1968 Kongress. Esta serie de conferencias y seminarios dedicada a la "reelaboración consciente del pasado" (Aufarbeitung der Vergangenheit, de acuerdo con la expresión del conocido artículo de Th.W. Adorno) fue organizada por linksjugend ['solid] y dielinke.sds con la cooperación de Die Tageszeitung, Junge Welt, Sozialismus y Wissen Transfer. Más de millar y medio de participantes asistieron a este evento conmemorativo del 40 aniversario del año que marcó el cambio de paradigma que define la política del movimiento.

El encuentro fue una interesante muestra de un cierto pluralismo de la izquierda, dando cabida desde los verdes de izquierda como Hans-Ch. Stroebele (Die Gruenen) o Jutta Ditfurth (Oeko-linx) hasta autores de la Autonomía como Thomas Seibert (Fantomas), pasando por trotskistas de uno y otro signo (Alain Krivine o Alex Callinicos) y la larga serie de intervinientes de Die Linke, el partido de izquierda resultante de la escisión socialdemócrata occidental de izquierda encabezada por Oskar Lafontaine y el PDS.

Lo más interesante, no obstante, no fueron tanto las figuras más o menos partidistas, cuanto toda una serie de autores que han trabajado sobre el 68. Así, por ejemplo, Gerd Koenen, autor de Das rote Jahrzehnt, expuso su crítica historiográfica al 68, deconstruyendo el acontecimiento como particular mitología de la modernidad. Desde el principio, Koenen advirtió que lo que iba a decir resultaría incómodo y es que el propio congreso era una buena muestra de hasta qué punto el 68 continua (re)produciéndose como mitema de la izquierda, agotando el potencial constituyente que en su momento tuvo el acontecimiento y prestándose a los más variados ejercicios reificadores, lejos ya de la mitopoiética del movimiento.

En este sentido, las palabras del antiguo abogado de la RAF y hoy diputado de los Verdes por el distrito de Kreuzberg, Hans Christian Stroebele, resultaron altamente clarificadoras: nadie que cuantos participaron en el 68 tuvo consciencia de estar allí en el momento mismo en que se contribuía a producir el propio acontecimiento. O como decía Rosa Luxemburg: "sólo la acción determina la consciencia". De ahí que Stroebele concluyera una de sus intervenciones recordando la centralidad de las prácticas del movimiento en la constitución de lo político.