dimecres, de març 25, 2015
[ es ] El ánimo democrático
Ni exceso de ambición (pleonexia) ni búsqueda de la seguridad en demasía (asphaleia). Al describir aquel curioso sistema político que (se) habían inventado los atenienses, Tucídides sabía bien que la sabiduría democrática consistía en minimizar ilusiones y frustraciones, ya que la tendencia a ilusionarse y frustrarse es parte de nuestra condición.
Quienes ante los resultados de las elecciones andaluzas anden ahora frustrados, que piensen si no ambicionaban en exceso (ese creerse las encuestas, que mira que lo hemos advertido, debía ser ponderado). Quienes todavía anden ilusionados de más, que se pregunten si no buscan demasiado ponerse a salvo.
Hace un tiempo nos marcamos un objetivo estratégico: reabrir el horizonte de lo político al poder constituyente. En lo concreto esto pasaba (y sigue pasando) por interferir en los dominios de la representación política alterando las lógicas del bipartidismo y sacando la alternativa al régimen de la sempiterna subalternidad de la izquierda en el régimen.
Se está haciendo y a ello no solo contribuye (ni debe contribuir necesaria y únicamente, en exclusiva) Podemos. Sepamos ubicarnos, pues, en el contexto de la ruptura democrática (de la escisión popular con el Estado) que vivimos desde el 15M (como poco). De lo que se trataba entonces --como sigue tratándose ahora-- era de abrir un horizonte de mayor pluralismo, de mayor democratización. Es por eso que seguimos teniendo una hipótesis ganadora y la estamos efectuando.
El bipartidismo está roto, por más que el régimen quisiera ver en Podemos y Cs, una inesperada metamorfosis y solución de continuidad al bipartidismo preexistente (igual, por cierto, que antes la ha querido ver en IU y UPyD). En Andalucía, sin embargo, el bipartidismo está ya con una pata rota y la otra en el juzgado. El derrumbamiento del régimen continúa.
Dejemos las ilusiones y las frustraciones de lado para quedarnos con el análisis político democrático, con la vida de la polis que queremos y somos en común, que va recuperando las fuerzas y nos sitúa hoy en mejores condiciones para seguir avanzando que hace un año y poco más, cuando movimos ficha para cambiar el escenario que estaba por llegar. Hoy somos efectuación de aquel futuro anterior. Sigámoslo siendo para nuestro propio porvenir.