dijous, de maig 08, 2008
[ es ] Congreso sobre 1968 en Berlín
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Bajo el lema de "La última batalla la ganamos nosotros" (Die letzte Schlacht gewinnen wir), tuvo lugar los días 2, 3 y 4 de mayo en Berlín el 1968 Kongress. Esta serie de conferencias y seminarios dedicada a la "reelaboración consciente del pasado" (Aufarbeitung der Vergangenheit, de acuerdo con la expresión del conocido artículo de Th.W. Adorno) fue organizada por linksjugend ['solid] y dielinke.sds con la cooperación de Die Tageszeitung, Junge Welt, Sozialismus y Wissen Transfer. Más de millar y medio de participantes asistieron a este evento conmemorativo del 40 aniversario del año que marcó el cambio de paradigma que define la política del movimiento.
El encuentro fue una interesante muestra de un cierto pluralismo de la izquierda, dando cabida desde los verdes de izquierda como Hans-Ch. Stroebele (Die Gruenen) o Jutta Ditfurth (Oeko-linx) hasta autores de la Autonomía como Thomas Seibert (Fantomas), pasando por trotskistas de uno y otro signo (Alain Krivine o Alex Callinicos) y la larga serie de intervinientes de Die Linke, el partido de izquierda resultante de la escisión socialdemócrata occidental de izquierda encabezada por Oskar Lafontaine y el PDS.
Lo más interesante, no obstante, no fueron tanto las figuras más o menos partidistas, cuanto toda una serie de autores que han trabajado sobre el 68. Así, por ejemplo, Gerd Koenen, autor de Das rote Jahrzehnt, expuso su crítica historiográfica al 68, deconstruyendo el acontecimiento como particular mitología de la modernidad. Desde el principio, Koenen advirtió que lo que iba a decir resultaría incómodo y es que el propio congreso era una buena muestra de hasta qué punto el 68 continua (re)produciéndose como mitema de la izquierda, agotando el potencial constituyente que en su momento tuvo el acontecimiento y prestándose a los más variados ejercicios reificadores, lejos ya de la mitopoiética del movimiento.
En este sentido, las palabras del antiguo abogado de la RAF y hoy diputado de los Verdes por el distrito de Kreuzberg, Hans Christian Stroebele, resultaron altamente clarificadoras: nadie que cuantos participaron en el 68 tuvo consciencia de estar allí en el momento mismo en que se contribuía a producir el propio acontecimiento. O como decía Rosa Luxemburg: "sólo la acción determina la consciencia". De ahí que Stroebele concluyera una de sus intervenciones recordando la centralidad de las prácticas del movimiento en la constitución de lo político.